Según el sistema americano los ladrillos silico-aluminosos tienen un contenido de alúmina menor o igual del 47,5%. Son los ladrillos más polivalentes que existen, valen para muchísimas aplicaciones y su gran relación calidad precio hace que sean unos de los más empleados. Tras su cocción están formados por mullita, cristobalita y otros. Los ladrillos de mayor calidad tienen buena estabilidad volumétrica, resistencia al choque térmico, a la abrasión y son inertes en atmósferas reductoras o que contengan CO. Se pueden colocar en la camisa de seguridad y en la cara de trabajo. Se utilizan en estufas de altos hornos, en regenadores y comprobadores de hornos de vidrio, paredes y arcos, hornos rotativos, de forja, calderas, petroquímica, incineradoras, hornos de aluminio, fosos de enfriamiento, fosos de seguridad para el acero,…
Según el sistema americano los ladrillos de alta alúmina son aquellos que contienen mayor del 47,5% alúmina y son muy útiles para temperaturas de servicio de hasta 1817ºC. Suelen ser elegidos por su resistencia al choque térmico, al impacto, a la abrasión, o carga, aunque su mayor atractivo reside en la refractariedad y resistencia a la corrosión de escorias ácidas y neutras a altas temperaturas pero no a las escorias básicas (las que contienen MgO, CaO, FeO,…). Dentro de los ladrillos de alta alúmina según la materia prima con la que se han fabricado pueden ser de mullita, corindón, cromo-corindón, químicamente aglomerados, alúmina-cromo, alúmina-carbono, y otros. Se pueden colocar en la camisa de seguridad y en la cara de trabajo. Se utilizan en cucharas de acero, artesas, hornos de tratamiento, hornos de aluminio, hornos de vidrio, rotativos, de forja, petroquímica, incineradoras, cementeras, bóvedas de hornos eléctricos de arco,…